La enfermedad del coronavirus en la selva hace que surjan situaciones que tienen que ser respondidas diligentemente por parte del estado para que no surjan conflictos sociales. Ayer por la noche conversando con el animador cristiano de Nueva Alianza (ubicado en el Río Marañón, Amazonía Peruana) me redactaba la situación tan tensa que están viviendo. Un grupo de personas que están haciendo la cuarentena intentaron evadirla para ingresar en el río Urituyacu. Entre ellos había personas que han dado positivo en la enfermedad. La pericia y prontitud de los moradores de Nueva Alianza hizo que no entraran en el río, no sin cierta tensión que estuvo a punto de culminar en actos violentos.
¿Qué está sucediendo para que se llegue a estos extremos? De las cincuenta y cinco personas que están haciendo cuarentena, cinco viven en la ribera del río Urituyacu. Las otras vivieron hace años y que buscando una vida mejor o por otros motivos fueron a vivir a Nauta e Iquitos. De esas cincuenta y cinco, veinte están contagiadas. Podemos sacar varias conclusiones:
- Hay tránsito de personas no autorizadas por los ríos. Los pueblos ribereños fueron muy claros al decir al estado que les protegieran en el cierre de sus territorios como la mejor medida de prevención.
- ¿Qué hace que las personas incumplan la cuarentena e intenten regresar a sus comunidades? El hambre es un factor claro. Si tienes encerradas a personas y no reciben la ayuda necesaria, tarde o temprano buscaran una solución si el estado no se las da.
- La sanidad tanto en Nauta como en Iquitos ha demostrado que no tiene una estructura capaz de solventar esta enfermedad debido a la cantidad de muertes. Esto ha hecho que se cree mucha desconfianza por parte de la población.
- Falta de concienciación. De las cincuenta y cinco personas que están haciendo cuarentena, cincuenta llevan mucho tiempo sin vivir en el río Urituyacu. Uno se hace la pregunta si toda la campaña por parte del estado ha calado en el pueblo Loretano de la gravedad tan letal de este virus. Pues todos sabemos que, si llegan a entrar y propagar el virus, estaríamos hablando de muerte.
En el día de hoy sábado, están esperando al alcalde de su distrito, pues es el principal responsable de dar solución a lo que está sucediendo. Basta ya de que el estado vea solo la selva como un medio de extracción y se olvide que viven personas que sienten, aman, sufren y son igual de peruanos que los que viven en el distrito de San Isidro de Lima.
FR. LUIS FERNANDEZ
