UNA MIRADA CON ESPERANZA

La pandemia del coronavirus para los médicos y científicos de la medicina es un virus que no tiene cura por el momento y al no tenerla se pronostica días, meses y años difíciles en la economía, la salud y las familias. El virus no mira continentes, países, personas ni condiciones simplemente ataca y contagia hasta al más robusto (niños, jóvenes, adultos, ancianos) por eso los gobiernos del mundo vienen haciendo todos los esfuerzos para poder contener, resistir o controlar y quizás eliminar al virus que se mueve invisible, esto sólo es posible con una vacuna. Ha llevado a los gobiernos a tomar drásticas decisiones para sus ciudadanos en temas de seguridad social, salud e higiene, conduciéndolo a guardarse de manera total y en algunos casos parcial.

La decisión ha sido buena para ciertos sectores, como son los sectores que tienen más posibilidad económica para soportar y respetar las decisiones del gobierno, que fue quedarse en casa. Sin embargo, hay otros sectores de miles y millones de hombres y mujeres hasta niños que son trabajadores y viven del sustento diario “sino no trabajo hoy, no como”, “tengo varios hijos y no tengo un sueldo o bono del estado”, “prefiero morir con el virus y no de hambre” frases y palabras duras pero reales.

  • Lo que se señala líneas arriba es una chispita de la realidad de cientos y millones de hombres y mujeres en los países ricos y pobres, porque en los países ricos también hay pobres de quienes la sociedad económica a nivel global, nacional y regional siempre han vivido a espaldas de esa realidad, más se han dedicado a guardar y acumular para sus propias arcas personales y empresariales, multinacionales y trasnacionales. Invierten mucho en proyectos y en proyectos quedan, sin embargo, poco se invierte en salud, tecnología y educación, pilares fundamentales de un país para desarrollarse y que son derechos y valores, donde las personas deberían ser tratadas como tal y no como descartables, donde los inventos del hombre convendrían estar al servicio de la humanidad y no al contrario, donde deberíamos vivir libres bajo la protección de la naturaleza y los gobiernos.
  • La pandemia nos ha golpeado en lo más frágil de nuestro orgullo racional pensando que todo lo teníamos bajo control, sin embargo, eso fue solo una falacia. Nuevamente tenemos que volver a cambiar el chip, nada fácil por cierto.  Ante esta pandemia no hay economía, ni tecnología, menos gobierno que resista.
  • Tenemos la esperanza que todo esto irá cambiando en la sociedad futura, donde los ciudadanos sean elementos de planificación de los gobiernos, punto de partida de una política social más humana, materia de una economía integradora y una educación inclusiva donde las brechas se vayan cerrando y la salud sea de calidad para todos.  

            Una sociedad más fraterna promoviendo la solidaridad y el respeto del uno al otro, garantizando la igualdad de oportunidades, aboliendo la discriminación y la exclusión social y económica, empoderando el bienestar común de todos los ciudadanos. Como nos recuerda el Papa Francisco en su Encíclica “Fratelli Tutti” La fraternidad y la amistad social son las vías indicadas para construir un mundo mejor, más justo y pacífico, con el compromiso de todos: pueblo e instituciones.

            La sociedad grita y protesta por estos valores, al igual que los pueblos gritan por el manejo responsable de sus mares, ríos, flora, fauna, tierras, montañas y ecosistemas diversos, etc., porque es la casa común de todos. Tarea y responsabilidad de los gobiernos y los organismos e instituciones gubernamentales de turno y futuros.

            Como dice: Edmund Phelps, Premio Novel de Economía, 2006. “De momento, la pandemia vive en el presente. Acertar con el futuro de la economía suena complejo porque nadie sabe cuál será su peaje humano ni económico final”.

Miramos el futuro con esperanza porque creemos que hemos aprendido que la salud, economía, familia y la fe debemos cuidar y proteger para poder sobrevivir en  circunstancias de crisis.

Fr. Manuel Vásquez Arirama, O.S.A.