Pastoral Rural
El servicio a la Iglesia es importante en la vida agustiniana. Existe un fundamento teológico para la misión. Sin embargo, tenemos claro que nuestro primer apostolado es la comunidad.
Así mismo, hoy no se puede olvidar el papel relevante de los laicos. La misión compartida no es una estrategia pastoral para tiempos de carencia de personal cualificado, sino la apelación a uno de los temas centrales de la eclesiología del Vaticano II, la comunión.
“La Iglesia no está verdaderamente formada, no vive plenamente, no es señal perfecta de Cristo entre los hombres, en tanto no exista y trabaje con la jerarquía un laicado propiamente dicho. Porque el Evangelio no puede penetrar profundamente en las conciencias, en la vida y el trabajo del pueblo sin la presencia activa de los seglares”. (Vaticano II, Decreto Ad gentes sobre la actividad misionera de la Iglesia).
Pastoral Urbana
La misión evangelizadora de la Iglesia requiere que nuestras parroquias, al igual que los centros educativos y los lugares donde trabajemos sean “fermento de nueva humanidad allí donde están implantadas, mostrando la fuerza transformadora del Evangelio para cambiar las personas, los comportamientos, las corrientes de opinión y las estructuras sociales injustas”.
