EXTRACTIVISMO

Los tiempos que estamos viviendo en la amazonía siguen siendo el reflejo del extractivismo. Este monstruo ha llevado a lo largo de los siglos el sello de la contaminación, la injusticia y el fruto de ella, el sufrimiento. El pasado domingo amanecíamos con la triste noticia del acontecimiento sucedido en la estación petrolera de la comunidad de Bretaña, región de Loreto. Este suceso vuelve a poner en la mesa de debate el cómo se está gestionando la materia prima por parte del estado y las multinacionales en relación con los moradores y el cuidado de la selva.
A comienzos de año varias organizaciones indígenas llamaban a sus comunidades a una concentración masiva en la Comunidad Nativa de Santa Rita de Castilla. Dentro del marco extractivista se pidió que se concertara una mesa de dialogo con el estado. Las peticiones por partes de las comunidades venían a ser en gran medida parecidas a las que se habían realizado en la huelga realizada en la Comunidad Nativa de Saramuro en el año 2018 fruto de otras tantas huelgas vividas anteriormente, en el cual el estado en años posteriores hizo caso omiso de muchas de ellas: Descontaminación de la selva, búsqueda alternativa de otras fuentes de energía, educación adaptada y de calidad, acceso a la sanidad…
La lucha de Santa Rita de Castilla se convirtió otra vez más en un espacio a una sola banda, debido a que el estado no estaba por la labor de cumplir las exigencias que años anteriores se había comprometido. Y al final como en otras movilizaciones se llegó a un acuerdo con pies de barro.
Dentro de este contexto el hecho ocurrido en la estación petrolera de la comunidad de Bretaña es un acontecimiento donde una vez más la indiferencia de los que pueden dar justicia a esta tierra se ve teñida por el rojo que representa la injusticia y el dolor.
El pueblo Kukama, un pueblo pacifico ha sufrido la violencia en sus propias carnes. Su vida es el río. Cuando se ve amenazado acude como sus ancestros a protegerlo. De el reciben su sustento. Sus espíritus habitan en el fondo. Por él se mueven… Hoy ven como hay una ruptura. El río ha perdido su armonía, sus aguas se tiñen de negro, sus peces desaparecen. Sus niños no tienen la educación de calidad que merecen. El coronavirus ha sacado a la luz el abandono de sus autoridades. La sanidad ha demostrado su deficiencia de llegar a todos los rincones. Y hoy lloramos la perdida de varios hermanos que se une al grito de clamor por la justicia y restauración de esta casa común.

P. LUIS FERNANDEZ GARCIA