PARTICIPA Y ESCUCHA A JESÚS EN EL HERMANO…

Por: P. Miguel Fuertes, OSA.

… Este es el lema de nuestra Iglesia de Iquitos durante los meses de abril, mayo y junio, dentro del proceso Sinodal que está viviendo toda la Iglesia, y en el cual está inmerso plenamente nuestro Vicariato.

PARTICIPA… Nadie debe estar ni sentirse fuera de la Iglesia o fuera del proceso. Todos, desde nuestro bautismo, estamos llamados e invitados a ser miembros de pleno derecho de la comunidad cristiana. Sólo desde la participación es que puedes escuchar al Espíritu Santo, junto con los demás. En una Iglesia Sinodal, toda la comunidad, con la rica diversidad de sus miembros, está llamada a rezar, escuchar, analizar, dialogar, discernir y aconsejar para tomar decisiones pastorales que correspondan lo más posible a la voluntad de Dios. Y tarea importantísima es hacer todos los esfuerzos necesarios para que participen quienes están o se sienten en los márgenes de la Iglesia o de la sociedad.

Y ESCUCHA… Somos muchísimos los que andamos con los audífonos puestos en nuestros oídos, siempre estamos “escuchando”. Lo curioso es que hay miles de personas buscando a “alguien” que les escuche, simplemente eso. Necesitamos que nos escuchen, para poder vivir, para poder sobrevivir.

A JESÚS EN EL HERMANO. Pero hay algo más: para los cristianos, a través de las personas, es Dios quien nos habla, es Jesús quien nos conversa. Cuando escucho a una persona, estoy escuchando a Dios mismo, pues Dios está en cada uno de nosotros. Cuando escucho y respeto a alguien, escucho y respeto a Dios.

¡Qué diferencia de conversar, dialogar, con alguien a quien considero “nadie”, a conversar con “Dios”, presente en cada persona! Cuando soy capaz a situarme en este contexto, entonces los puntos de vista distintos no nos llevan a enfrentarnos, sino a complementarnos, a enriquecernos, a crecer juntos. “La verdad no es tuya ni mía, para que pueda ser tuya y mía”, decía San Agustín. Tengo pánico a los que se creen dueños de la verdad y no necesitan escuchar la opinión de nadie. Y tengo temor a quienes piensan que su opinión no es importante, que no tienen nada que decir, porque normalmente tampoco escuchan ni dialogan.

El proceso de escucha que está llevando adelante la Iglesia es precisamente para entrar en una dinámica de construcción de comunidad, de sociedad, de Iglesia, donde “todos tenemos la palabra” y “todos somos escuchados” con el mismo respeto como si estuviéramos escuchando a Dios. Juntos discernimos, buscamos la voluntad de Dios, y nos comprometemos hacia el futuro, como hizo la primera comunidad cristiana (He 6,1-6)

Otra forma más de ser modelo para la sociedad, donde la razón la tiene quien más grita, o quien más votos compró, o quién más títulos tiene pegados en su pared, o quien más maneja los medios de comunicación… La razón, la verdad, se construye juntos, desde el diálogo, la escucha y la acogida a todos los demás.