DECISIÓN TOMADA Y TOMA DE DECISIÓN

Por: Fr. Manuel Vásquez Arirama

Sumergiéndome por el mundo virtual del internet, pretendiendo saber qué piensan las personas sobre el tema del “retorno a clases” con presencialidad o semi presencialidad de los niños, niñas y adolescentes, me encontré con mucha información (opiniones, sugerencias y críticas) muchas de ellas prudentes, coherentes, consecuentes, válidas e importantes que vale la pena considerar en estas líneas.

Ministerio de Salud.

El Ministerio de salud y el colegio médico del Perú señalan que, el retorno de los estudiantes a las aulas, es competencia del ministerio de educación brindando y garantizando normativas y protocolos de bioseguridad en las instituciones educativas del país, cuidando siempre el derecho a la vida, la salud y la educación, que el regreso a las aulas con presencialidad o semi-presencialidad debe hacerse de manera responsable, esas responsabilidades deben ir acompañadas con mensajes claros y precisos, con el cumplimento estricto de los protocolos, es decir, distanciamiento social, uso de mascarillas y lavados de manos en docentes, estudiantes y padres de familias que se acercan a la institución educativa.

Ministerio de Educación

El ministerio de educación ha publicado  la Resolución Ministerial N° 121-2021- Minedu que aprueba el documento normativo denominado “disposiciones para la prestación del servicio en las instituciones y programas educativos públicos y privados de la educación básica de los ámbitos urbanos y rurales, en el marco de la emergencia sanitaria de la covid-19”, y el Decreto Supremo N° 014-2021 donde se presenta el Plan de medidas para enfrentar la emergencia educativa, son documentos que sustenta el ministerio de educación, la presencialidad o semi-presencialidad de los estudiantes a las instituciones educativas focalizadas como centros piloto a nivel nacional.

Retornar a las aulas debe ser un proceso lento y progresivo que permita controlar y manejar los contagios entre los estudiantes, docentes y padres de familias, es una corresponsabilidad absoluta de hacer las cosas bien en la medida de lo posible. Este proceso debe ser seguro, flexible, gradual y voluntario. No podemos darnos por desatendidos en cumplir los protocolos de salud, empezando en la familia, la institución educativa y la sociedad en su conjunto.

Asociación de padres de familia.

Los padres de familia son piezas fundamentales en el ajedrez educativo, los ministerios tanto de salud como educación no pueden tomar decisiones sin sus consentimientos y autorización. Ellos tienen voz y voto, presencia y acción a través de las diferentes asociaciones y comités de aulas en las instituciones educativas públicas y privadas.

Para que un estudiante pueda asistir a la institución educativa con presencialidad o semi-presencialidad, quien debe dar su conformidad para el retorno a clases es el padre de familia o apoderado del estudiante. Sin esta conformidad, ningún niño, niña y adolescentes puede retornar a la institución educativa. Ante ello, la institución educativa tiene la obligación de seguir brindando la enseñanza-aprendizaje a sus estudiantes de manera virtual o a distancia, a aquellos estudiantes que sus padres desistan de firmar dicho documento,  como a aquellos estudiantes que no cuentan con la mínima implementación para recibir sus clases, cualquiera que sea su realidad.

Sobre la presencialidad o semi-presencialidad hay posiciones de ambos lados, aquellos que están en desacuerdo, indican que la vida y salud está primero: tengo familiares vulnerables en casa, los colegios no están implementados, los servicios higiénicos no cuentan con agua, los docentes y los padres de familias no todos están vacunados, los estudiantes todavía no se vacunaron, los medios de transporte no cuentan con protocolos pertinentes para transportar estudiantes, etc.

Mientras quienes están de acuerdos a la presencialidad o semi-presencialidad, señalan que es urgente volver a las aulas porque la institución educativa no sólo es el lugar y el espacio donde se aprender materias y áreas diversas de ciencias, también es un lugar de socialización, interacción y fortaleza emocional e identidad, la virtualidad es buena cuando se cuenta con todos los materiales virtuales, tecnológicos y que, estudiantes, docentes y padres de familias estén capacitados. La institución educativa se convierte en el sitio de protección y seguridad frente a la violencia y alimentación de los niños, niñas y adolescentes más vulnerables.

Ambas posiciones son válidas y se tiene que considerar, sin embargo son los padres de familia quienes de manera voluntaria y responsable tomarán la mejor decisión en salvaguarda de sus hijos e hijas dentro del marco democrático y empático que les ampara la ley.

Estudiantes.

Es evidente que hay una preocupación por recuperar el tiempo perdido por la pandemia, sin embargo el tiempo no es retroactivo, el tiempo es hoy y ahora.

Nuestros estudiantes son los más afectados por su vulnerabilidad y fragilidad, es decir, en lo educativo, en salud física, salud visual, salud mental y en alto riesgo de maltrato infantil y abuso sexual.

Como ya hemos señalado el retorno de los niños, niñas y adolescentes a las aulas está en la decisión que tome el padre de familia porque las instituciones educativas focalizadas como centros piloto, estarán listas para acogerlos. Eso sí, deben cumplir con los protocolos básicos de bioseguridad, tal como señalan las normas educativas y de salud. Esto también es responsabilidad del padre de familia con su actitud proactiva desde el hogar “evitar las aglomeraciones, tomar los distanciamientos respectivos, lavarse las manos y uso adecuado de mascarillas en todo momento”.