Se dice que el sonido de las campanas es la voz de Dios que llama a sus hijos a su encuentro. Tradicionalmente la iglesia las usa no sólo para llamar al Pueblo de Dios a las celebraciones litúrgicas de distinta índole, también para avisar otros acontecimientos tanto eclesiales o civiles, así por ejemplo repican cuando un sumo pontífice muere y en la elección de uno nuevo, como también se usaba en la antigua para advertir de incendios o ataques. Pero pocos nos hemos detenido en pensar el arte que también en ellas hay. Pues algunas de ellas esconden formas y figuras que aseguraban la protección de la campana según el santo que se grabase en ella.
Al margen del arte, es muy interesante detenernos a pensar las cosas que vieron desde su altura. Los hechos que presenciaron. Son espectadoras mudas y ruidosas a la vez de nuestra historia.

FR. AGUSTIN RAYGADA