¿TE FIJASTE? (Reflexión a partir de una pandemia que nos recuerda nuestra fragilidad)

¡Hola! ¿Te fijaste?
Todo cambió tan rápido, y sin que nos diéramos cuenta ya estábamos totalmente confinados. Te fijaste que nos cuesta que nos priven de ese don tan preciado que Dios nos ha concedido, pues sí, nos incomoda no poder desplazarnos con total libertad, capacidad innata que hoy nos vemos privados de ejercerla con total normalidad. Y nos quejamos y nos incomoda porque justamente atenta contra nuestro ser mismo; porque nos aburrimos en casa, porque convivimos con la monotonía, porque nos estresamos y necesitamos de agentes distractores, aunque contamos con los móviles y otros medios tecnológicos a los cuales tenemos acceso, aunque la dicha no sea de todos. Porque nos sentimos atados de manos sin poder hacer mucho, porque no generamos ganancias, porque estamos perdiendo tiempo y dinero, porque estamos perdiendo oportunidades, porque estamos perdiendo protagonismo, porque simplemente nos sentimos inútiles y maniatados. ¿Será que en verdad nuestra confianza está puesta en los hombres? (Sal 143,3) ¿en el mundo? ¿en lo pasajero? ¿en nuestras propias fuerzas?
¿Te fijaste? Como una pandemia puede aflorar aquello que no queríamos ver de nosotros mismos y que nos cuesta aceptar: lo egoístas que somos, lo irresponsables que somos, lo antipáticos que resultamos ser, los vivos que solemos creernos para no acatar disposiciones, lo fuertes que nos sentimos hasta que nos pasa y lo sufrimos en carne propia. ¿Te fijaste hasta dónde nos puede llevar nuestra ignorancia, nuestra rebeldía, nuestra prepotencia? Sí, la respuesta es una sola: la muerte, pero incluso la muerte es una oportunidad para generar vida y vida en abundancia (Jn 10,10). Él que ha vencido a la muerte.
¿Te fijaste? Que mientras permanecemos en casa con la familia, muchos quisieran estar en la suya con sus seres queridos; que mientras nos quejamos en casa por no poder salir, muchos se quejan en los hospitales, en ambientes de aislamiento, otros que ya perdieron la batalla y otros que lloran su partida sin ni siquiera poder darle el último adiós; que mientras nos quejamos porque no podemos comer lo que más nos agrada, muchos se ven obligados a salir de casa para buscar qué comer; que mientras n0os exponemos al contagio por necedad y rebeldía, muchos exponen su salud y vidas por su trabajo y amor al servicio. ¿te fijaste?
¿Te fijaste que estamos a tiempo? Es momento de unir fuerzas, desde donde nos toque estar para ayudar, sea en casa o fuera de ella e incluso desde el anonimato. Es momento de hacer mejor las cosas, momento de colaborar, de solidarizarnos con los demás, con el que más necesidad tiene, de volver a darle sentido a la vida, a lo que hacemos, de ser creativos, porque esta situación pasará, más su Palabra no pasará (Mt 24,35). Estamos a tiempo de volver al Amor, a su fuente, a Dios mismo. ¿Te fijaste? Que estamos en la misma barca, y debemos remar hacia la misma dirección (Papa francisco). Solo juntos y con la ayuda de Dios podremos vencer este mal que nos aqueja. Quédate en casa con nosotros Jesús.

FR. SALOMÓN PANDURO