EN SALIDA EN LA SELVA.

«No llevéis nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni dos mudas de
ropa —les dijo—. En cualquier casa que entréis, quedaos allí hasta que salgáis del
pueblo. Si no os reciben bien, al salir de ese pueblo, sacudíos el polvo de los pies como
un testimonio contra sus habitantes». (Lc 9, 3-5)
Estar en salida en la selva significa no solo salir de la casa donde tienes
todas las comodidades sino también estar abierto a cómo la gente vive la
fe que ha sido transmitida a lo largo de los años por los misioneros. Sin
estas premisas se cae en la tentación de transmitir un mensaje que el
pueblo no vive.
La parroquia Santa Rita de Casia que labora en el río Marañón ha formado
a lo largo de los años comunidades cristianas. Por el tiempo unas han
florecido y otras se han marchitado. Los misioneros seguimos realizando la
labor y dentro de ella el visitar las comunidades.
Jesús a sus discípulos les decía que no llevaran nada que pudiera
entorpecer su misión y dar libertad a los que quisieran acoger el mensaje.
Hoy los misioneros seguimos realizando estas pautas. Cuando salimos a
visitar las Comunidades Nativas donde hay presencia católica llevamos lo
prescindible en la mochila y en la chalupa. Esta es nuestra misión:
El equipo de salida lo formamos tres hermanos agustinos y dos
animadores cristianos que a la vez hacen de motoristas. Durante el año
realizamos tres salidas. Visitamos sesenta comunidades. En cada
comunidad estamos un día. El contacto con los feligreses es fundamental.
Desde la llegada hasta la reunión hablamos con las familias. El animador
nos pone al tanto de la realidad. La reunión de la tarde es una buena
oportunidad para ver como esta la comunidad cristiana. Animarlos a que
sigan siendo constantes. El lema del año y el proyecto pastoral trabajado a
comienzos del año con las demás parroquias del Vicariato lo damos a
conocer y les enseñamos algunas pautas que les ayuden a seguir
creciendo en la fe.
Al día siguiente es para la celebración de la palabra y los Sacramentos.
Durante todo el año los catequistas y el animador han preparado a los
neófitos.

Muy importante es preparar a la comunidad a la celebración ya sea de la
palabra o del Sacramento. La explicación acompañada de la animación
hace que se viva la fe de una manera más intensa.
Y los misioneros seguimos transmitiendo la fe. Y viene otra vez la pregunta
¿Cómo la transmitimos? Y tiene que ver mucho con el lenguaje expresado
que debe ir unido al grado de implicación con la realidad que viven ellos. Y
esta realidad se manifiesta cuando uno se implica en sus preocupaciones,
luchas y se intenta conocer más su forma de vida. Jesús nos anima a
poner nuestra confianza en Dios. Palia nuestras deficiencias si estamos
abiertos a la acción del Espíritu Santo. En cada misión que realizaba con
sus discípulos el contacto con su Padre le daba la fuerza y la lucidez
necesaria. Y seguimos en salida en la selva…

P. Luis Fernández García, OSA.